Escrito por: Hermínia Gomà


Estos días estoy reflexionando sobre un valor muy importante para nuestro éxito en la vida: la perseverancia.

¿Dónde se aprende? ¿Cómo se transmite?

Hace unas semanas tuve el placer de compartir en el Club de lectura FESTO  que lidera Jaume García, y del que tengo el honor de formar parte, el libro Fueras de serie (Outliers),de Malcolm Gladwell, dónde el autor nos ofrece una mirada muy interesante para reflexionar sobre qué oportunidades pueden favorecer nuestro éxito en la vida.  Este mismo autor ya escribió La clave del éxito(The Tipping Point) e Inteligencia Intuitiva. Gladwell nos presta su punto de vista para repensar el éxito desde una perspectiva más global. Factores como tu fecha de nacimiento, el lugar del que procedes, cómo es tu familia, a qué generación perteneces o qué tipo de educación has recibido van a ser oportunidades determinantes a la hora de lograr el éxito en tu vida.

En uno de sus capítulos, Gladwell habla del aprendizaje de las matemáticas, en dónde hace hincapié en un valor fundamental: podemos llegar a dominar cualquier ciencia si estamos dispuestos a perseverar. Se trata de una actitud vital: llegaremos a dominar una profesión si estamos dispuestos a intentarlo, a experimentar y entrenar sin desfallecer hasta lograr el éxito. Alan Schoenfeld, catedrático de matemáticas de Berkeley, estudió el éxito en el aprendizaje de las matemáticas. Gravaba en video a sus estudiantes mientras intentaban resolver problemas. En estos videos demuestra que hemos de perseverar si queremos lograr el éxito. Demuestra que desde que intentamos resolver un problema hasta que llegamos a su correcta resolución hemos de dedicar tiempo para comprenderlo y que tenga sentido.

Este ejemplo con las matemáticas lo podemos extrapolar a otras materias o áreas de nuestra vida ¿Cuánto tiempo trabajas para resolver un problema antes de concluir que es demasiado complejo para solucionarlo? Este tiempo, es decir, nuestra actitud perseverante es la que va a marcar la diferencia entre el fracaso y el éxito. El éxito es una función de persistencia, obstinación y voluntad de trabajar al máximo durante el tiempo necesario para lograrlo, desistir es sinónimo de fracasar.

Yo he sido una persona muy afortunada por haberme criado en un entorno familiar, educativo y profesional dónde se me ha transmitido el valor del esfuerzo, el trabajo bien hecho y la perseverancia, desde la confianza y la esperanza se me ha permitido equivocarme y se me ha dado el tiempo para poder llegar a resolver las situaciones o problemas de los que me hice responsable.

A la edad de 15 años y cursando el bachillerato superior, tuve la “mala fortuna” de tener una pésima profesora de matemáticas. Esta mala fortuna se convirtió en una gran oportunidad. Les comenté a mis padres el problema y mi padre se puso en contacto con un ex general del ejército y retirado profesor de matemáticas de la Escola del Treball de Barcelona. Recuerdo aquellas tardes con él resolviendo problemas de trigonometría. Me daba un papel y me decía: tómate tu tiempo para resolverlo. Él estaba sentado a mi derecha, fumando su pipa y esperando hasta que yo sola resolvía el problema. Desde su paciencia, bondad, confianza y sabiduría aprendí a disfrutar de mi propio proceso de aprendizaje. No sólo logré pasar con a la revalida del bachillerato sino que aprendí que para lograr el éxito debía perseverar.

El valor de la perseverancia lo podemos aplicar al mundo de las organizaciones, a quien está aprendiendo una nueva profesión, a padres que educan a sus hijos, a directivos que lideran un equipo, al comercial que ofrece servicio a sus clientes…¿Cuánto tiempo trabajamos en ello antes de rendirnos?

Céntrate en alguna competencia que quieras desarrollar ¿en que has de seguir trabajando?

La belleza la encontrarás en la perseverancia

Este valor forma parte de la cultura a la que pertenecemos. ¿A qué cultura perteneces tu? ¿En qué cultura se están desarrollando los miembros de tu equipo? Si queremos fomentar el desarrollo de competencias ¿qué contexto será más idóneo, la cultura de la “perseverancia” o la de “déjalo ya”? ¿Estás dispuesto a dedicar tiempo a la supervisión, a esforzarte un poco más para recoger mejores resultados?

Si como dice Malcolm Gladwell, la cultura en la que nos desarrollamos es clave a la hora de lograr el éxito, nuestro liderazgo ha de inspirarnos para crear condiciones donde la perseverancia tenga sentido.

El contexto en el que la perseverancia florece es en el de la confianza. Si creemos que lo lograremos estaremos más predispuestos a invertir el tiempo necesario para conseguirlo. Cuando no creemos en nuestro potencial desistimos antes de tiempo. Si no creemos en nosotros y no nos damos el tiempo para analizar, reflexionar y descubrir nuestras respuestas difícilmente seremos capaces de crear la cultura para que este valor se desarrolle. Cómo padres, educadores o directivos no sólo hemos de inspirarles para que perseveren, lo hemos de trasmitir desde la confianza y la esperanza su enorme potencial.

Para finalizar me gustaría compartir algunas preguntas que pueden inspirarte:

  • ¿Quién te ha transmitido la cultura de la perseverancia?
  • ¿En qué has de confiar para perseverar?
  • ¿Qué significado le das a tu trabajo?
  • ¿Cómo puedes hacer significativa tu labor?
  • ¿Qué puede ayudarte a abordar con alegría y resolución cualquier tarea que te propongas?
  • ¿Quién puede inspirarte para conectar perseverancia, éxito y felicidad?
  • ¿Qué oportunidades puedes aprovechar desde tu perseverancia?
  • ¿Qué ejemplo de perseverancia eres para tus colaboradores, hijos, …?
Hermínia Gomà
10 abril 2012
Barcelona