Escrito por: Paula Folch


Cuando la vida te pone ante situaciones en las que constantemente corroboras que un cambio es necesario, que tienes que avanzar para continuar en el transcurso de tu vida y seguir evolucionando, lo mejor para tu crecimiento personal es ponerte en sintonía con el camino que te está marcando.

Generalmente prefieres la zona de confort porque crees que la zona conocida es la zona segura.  Segura porque la conoces y así te ahorras la energía de afrontar el miedo a la incertidumbre de saber qué pasará, qué será de ti y cuáles serán las consecuencias de ese salto al vacío. 

Inconscientemente, estás decidiendo dar el poder al miedo para que actúe por ti. Por miedo, te quedas dónde estás aunque dentro tuyo sabes que ese camino no es el que quieres; en el fondo sabes que no debes estar allí porque tu voluntad va hacia otro lugar; es entonces cuando tu zona de confort se vuelve tu zona de inconfort. Y manteniéndote allí, obstaculizas la vida. 

¿Y para qué te mantienes allí, resistiéndote al cambio? Me he dado cuenta en consulta que una de las mayores resistencias inconscientes es creer que poniendo resistencia, sufres menos. Eso es vivir desde la mirada de “preferir malo conocido que bueno por conocer.” Una falsa seguridad y una estrategia que no funciona ya que es inevitable sentir miedo y dolor ante los cambios significativos, ya que éstos implican, por un lado, deshacer viejos patrones y hábitos, y por otro, amoldarnos a la nueva situación.

¿Cómo te limita esto? Alargar el sufrimiento y poniéndote de extra! No sólo sufres por saber que la situación actual no te aporta bienestar sino también por mantenerte allí por miedo a lo que pasará/vendrá, etc. 

Elegir desde el miedo es alejarte de ti ya que tu esencia no es el miedo sino el amor. Vivir desde el amor es vivir desde el camino y el propósito de tu ser.   

– “¿Entiendo que te refieres a que vivir desde el amor significa aceptar el cambio y afrontarlo a pesar de la incertidumbre que conlleva?”. 

– “A eso mismo me refiero.” Ser valiente no es no tener miedo. Eso es imposible, todos sentimos miedo ante el cambio. Ser valiente es decidir afrontar el miedo para que éste no sea quién decida, sino que seas tú el protagonista de tus decisiones. 

– “Parece como si la teoría fuera muy fácil, cuando no lo es. Conocer la solución no implica saberla aplicar…”. 

– “Evidentemente que no. La práctica se ajusta a cada uno en particular, por eso es importante que mires dentro tuyo e identifiques cuáles son tus miedos, discernas hasta qué punto son peligros reales y cuáles son invenciones de tu mente (de situaciones pasadas, de algo que has visto en tu entorno y no quieres que te pase…) y qué estrategias tienes para afrontarlos. 

– “¿Y por dónde empiezo?”

Por ser sincero contigo mismo y preguntarte si realmente estás dispuesto a ser valiente. Todo el mundo quiere serlo pero pocos se atreven a afrontar realmente los miedos para vivir desde la libertad. La gente cree que ser libre es hacer lo que le de la gana sin responsabilizarse de nada. Eso no es libertad, es no querer crecer. Libertad y responsabilidad van de la mano. Uno no puede volar realmente si no se saca las ataduras que le impiden mantener las alas al vuelo. Con media ala no puedes volar.  

– “Vale…decido afrontar, no quiero pensármelo mucho más no sea que me lo repiense…”

– “Así me gusta. A veces simplemente es decidir afrontar y hacerlo sin más. Saltando, e interpretando la incertidumbre como una oportunidad en vez de algo hiper peligroso que te puede restar”.  

Te propongo que te pongas cara a cara con tu ego, que vendría a representar los miedos que te impiden fluir con la nueva situación, esa que sabes que te impulsa hacia tu crecimiento. 

Y para ello, te puede ayudar responder a estas preguntas: 

  • ¿Cuáles son las resistencias que te impiden cambiar? 
  • ¿Qué peligros comporta/n para ti? 
  • ¿Hasta qué punto son peligros reales? 
  • ¿Qué es lo peor que puede pasar con cada uno de ellos? 
  • ¿Qué significaría afrontar cada peligro?
  • ¿Quién serías si lo hicieras? 

Responder con honestidad estas preguntas es decidir dar protagonismo a tu ser. El ego no puede responder porque no le da la gana cambiar. Es tu ser quién tiene el poder de aceptar lo que viene y cuestionar tu ego resistente para ponerte en sintonía con la vida, poniéndotelo más fácil. 

– “Vale, vale. Ya veo por dónde vas. Estás diciendo que el cambio no es fácil pero más difícil es mantenerse en una situación que no aporta suma a nuestras vidas.”

– “Exactamente. Y tu vida la vives para disfrutar y crecer, no para restarte. Así que pregúntate de nuevo:

  • ¿Cuál es la vida que quieres vivir?
  • ¿Cuál es la vida que estás viviendo realmente?

– “Y cuando me ponga como protagonista en mi camino, ¿qué beneficios tendré?”

Escogiendo el camino de ser valiente liberarás el corazón del miedo y entonces estará disponible para mandarte información de hacia dónde va tu voluntad. Esto también te ayudará a limpiar tus gafas para que mires la realidad objetivamente, de modo que sepas qué es lo que más te conviene y cuáles son los pasos para seguir por tu camino. 

En resumen: Cabeza y corazón de la mano, siendo tú quién los unes, poniendo amor dónde hay miedo. Eso es elegir el camino de la confianza. 

La buena icia es que tu esencia siempre está intacta para que conectes con ella cuando quieras. La vida está allí también esperando a que la vivas, poniéndote mil situaciones de cambio para que aprendas a fluir con lo que viene, a ver qué “suma” te aporta… Resisiténdote al cambio te resistes a la vida, y por tanto al ganar(te) y al amar(te). ¿En serio quieres darle tanta importancia al miedo? ¿En serio te conformas con lo conocido? ¿En serio quieres restarte? 

¿Y si te digo que hay algo mucho mayor esperando a que lo descubras? ¿Que a partir de allí comienza la vida de verdad? Date el valor de experimentar, de soñar, de apostar… Te darás cuenta de que sufrías por mantener una situación que no se ajusta a quién tú eres. Si algo se va de tu vida es que ya no lo necesitas y mientras te resistes a aceptarlo te estarás perdiendo a ti. Del mismo modo, si algo entra en tu vida es que es para ti en este momento. Repito: en este momento. ¡Quién sabe el más adelante!

Fluir con el cambio significa poner amor dónde hay miedo, y por tanto, elegir las lupas de la confianza: comprender que pase lo que pase, todo es para tu bienestar. 

Sólo así puedes ganar, #decidiendo ganar vida, eligiendo confiar(te) y amar(te).

No olvides: Crecer es aceptar el cambio; destruirte es luchar en contra de él. 

#túdecides, como siempre. Tú decides si más consciente o inconsciente. 

Paula Folch

25 de junio del 2018

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